El colectivo Tercerunquinto es un referente en el campo del arte contemporáneo en México. Originarios de Monterrey, Rolando Flores y Gabriel Cázares tienen una trayectoria de más de 25 años experimentando desde diferentes disciplinas, soportes y técnicas, en una búsqueda constante que desafía y redefine las fronteras entre la estética y la política.
Esta exposición ofrece como pieza central una tipografía subversiva que integra un alfabeto de protesta. A partir de un extenso archivo fotográfico de pintas o grafitis políticos, que recoge las huellas de incontables marchas y manifestaciones sociales sobre las calles del Centro Histórico de la Ciudad de México, y otras ciudades de México y Latinoamérica, se conforma una nueva familia tipográfica que incluye letras mayúsculas y minúsculas, números, signos de puntuación, así como diversos símbolos y caracteres que se prestan perfectamente para levantar la voz por escrito.
Alfabeto extrae la esencia de los trazos sobre la superficie urbana –expresiones relativamente efímeras– y las materializa en una serie de signos perdurables y reproducibles, en un gesto que problematiza tanto la conservación como el borramiento. Las letras en el espacio urbano, con su respectivo colorido, hechas a mano, de puño y letra, se abordan no sólo por su contenido político o poético, sino ante todo por su forma expresiva, según criterios de diseño y comunicación gráfica. Se convierten así en rótulos, iconografías del sentir popular o inscripciones del imaginario colectivo; configuran una caligrafía involuntaria que bien podría considerarse materia para una grafología social o vestigios para una arqueología urbana.
Los muros son el lienzo que se impregna de tinta y spray, la ciudad deviene en una galería interminable para una suerte de diseño tipográfico popular, colaborativo, de acceso abierto y dominio público. Así mismo, la autoría de esta obra recae, en última instancia, en ciudadanos anónimos que se fusionan en un sujeto colectivo, con una historia común y un repertorio de emociones compartidas, que emerge y se empodera a partir de la efervescencia social y la conciencia en acción.
Esta propuesta artística diluye la separación entre el espacio público y la sala de exhibición, genera un diálogo entre la calle y el museo, entre la universidad y la ciudadanía, transita de la crítica a la negociación institucional, logrando un original elogio del arte político, la estética popular, el pensamiento crítico y la cultura libre.
Dr. Antonio Zirión Pérez
Paños (2017)
Las imágenes de la serie Paños (2017) que se reúnen en esta sala emergen de las disputas y tensiones escenificadas en el espacio público. Las marchas feministas y los reclamos políticos encarnados en subjetividades diversas han producido una singularidad en la noción de espacio público que trastoca las fisonomías del consenso y lo erigen como el territorio de los desacuerdos.
El colectivo Tercerunquinto sigue las rutas de esos malestares y articula desde esas coordenadas analíticas una metodología de trabajo crítico que conceptualiza como la arqueología de la rabia. En un gesto contrario a los que preservan e higienizan monumentos y calles para silenciar, pero que intencionalmente emulan a sus prácticas de borramiento, ellos frotan y (des)pintan las diversas grafías de la protesta para expandir hacia el campo institucional del arte, las marcas y huellas de las discrepancias sociales.
Los palimpsestos resultantes de ese proceder arqueológico, que acá se despliegan a través de propuestas creativas, remedan una voluntad de archivo; el archivo no como arconte, -ya lo sabemos- aquel signado por el mutismo de regímenes históricos de disciplinamiento, sino como su antípoda: una instancia elocuente y parlante que narra a contrapelo de los actos de desmemoria y, a su vez, no puede hacer más que repetir otras relaciones de poder. Es la fragilidad de esa operación simbólica -no exenta de contradicciones- la que también anuda las tramas de sentido del lenguaje artístico y las múltiples dimensiones de lo político a las cartografías de las disidencias políticas. Así, las travesías de la imagen, o sus sinécdoques, se convierten en un territorio performativo y fértil para escrutinios e indagaciones más complejas sobre los emplazamientos a los sistemas patriarcales de autoridad.
En un mecanismo procesual de rozamiento o de frottage, (que para el colectivo Tercerunquinto implica la posibilidad de mostrar las desavenencias y desacuerdos), los Paños aquí exhibidos desempolvan metafóricamente los espacios más custodiados del archivo-nación y configuran diálogos contingentes entre las formas de las protestas feministas y las prácticas de archivación. ¿Cómo potenciar entonces desde estos escenarios de la fricción el cúmulo de significaciones críticas que movilizan estas textualidades pictóricas? La fricción entendida como la acción y el efecto de friccionar, generar enfrentamientos entre dispositivos y formaciones discursivas. Parece que visibilizar las tensiones y paradojas con la enunciación del archivero no ha sido suficiente.
Dra. Yissel Arce Padrón
Gramática de la Tristeza, Dispositivos de Memoria y Paños (2020)
A través de diferentes soportes, textualidades y producciones discursivas las 3 obras del colectivo Tercerunquinto que integran esta sala proponen ejercicios de memoria en torno a los procesos de escritura, sobreescritura, iteración y borramiento que atraviesan a las diversas formas de protesta política en el espacio público, pero también las que motivan su posterior emplazamiento en salas destinadas a la exhibición de artes visuales.
A 10 años del crimen de Estado en Ayotzinapa, Gramática de la Tristeza (2014) y Dispositivos de Memoria (2017) son piezas que interrogan- desde las posibilidades de la narrativa audiovisual y el trabajo arqueológico/restaurativo del campo del arte, respectivamente- cuáles son las posibilidades políticas y estéticas surgidas de tensar el relato oficial de la nación y los distintos procedimientos simbólicos desde los cuales busca entronizarse.
El ensamble sonoro y visual de Gramática de la Tristeza propone una re-interpretación de la obra musical Kindertotenlieder (Canciones a los niños muertos) de Gustav Mahler, producida por la música Renata Scherer, que interpela al Estado y las necropolíticas desplegadas por este para administrar y ordenar cuerpos y territorios. Dispositivos de memoria, por otro lado, discute las relaciones entre institución, memoria y escritura para dislocar la noción de patrimonio y dinamitar los criterios bajo los cuales la pedagogía nacional determina lo que es “preservable”.
La muestra se completa con Paños (Segunda versión) (2020), instalación que, por medio del montaje de paños de tela marcados con textos de protesta con agendas diversas tales como la inseguridad, los feminismos, movimientos agrarios, entre otros, apuesta por el gesto procesual como uno que amplía el campo de la significación, que se desplaza del locus de “obra finalizada” y se abre a las poéticas surgidas de ejercicios literarios como las pintas y el grafiti.
En esta sala la apelación a los afectos, las materialidades, los usos cromáticos, los juegos con el lenguaje- recursos empleados para encauzar propuestas de sentido características de los movimientos sociales y sus consignas políticas- son recontextualizados y liberados, aunque nunca en su totalidad, del sentido inicialmente propuesto y de su condición de documentos estrictamente testimoniales; desde ahí se impulsan nuevas lecturas tomando como punto de partido retazos, guiños e indicios para cuestionarse cuáles son las potencialidades que emanan de la noción de fragmento y de qué forma esta difumina las frágiles fronteras entre arte y política.
Mtro. David Sánchez Kidwell
Horario
De lunes a viernes de 10:00 a 18:00 h
Ubicación
Casa de la Primera Imprenta de América
Lic. Primo de Verdad No. 10, Centro Histórico
