Al quehacer de un artista siempre lo habita la soledad; crear es una actividad solitaria. La inmersión en las ensoñaciones, la reflexión y el despertar creativo surgen frente al papel o el lienzo en horas sin fecha, en momentos que no avisan; la lucidez aparece después de muchos días de trabajo, de esmerada exploración. Las musas son un mito, la originalidad y la belleza brotan cuando las buscas, la gestación de una verdadera obra de arte toma su tiempo.
Así imagino a Luis, encerrado en su taller investigando mientras aplica técnicas en las que los resultados coincidan con su intuición, sin rebuscamientos. La mirada puede hacer evidente una palmera, la ve y se concilia con la naturaleza, pero cuando la observa con mayor detenimiento descubre formas y vetas que trasmutan en sensaciones; la simbiosis del signo, la permuta con el símbolo, el hallazgo de nuevas lecturas surge cuando ves con los dos ojos: los que ven y los que expresan.
La muestra Con mis dos ojos es una exposición de gabinete; son piezas en las que la textura nos descubre una rica gama de tonalidades y, con un diestro manejo del pincel o de la espátula, arroja líneas y aplica veladuras para construir piezas de un rojo cálido y luminoso, otras verde hierba, amarillos terrosos o sombreados. El manejo que tiene del blanco atestigua una vigorosa experiencia. Son lienzos y papeles que atestiguan una trasiego convertido en madurez.
Con mis dos ojos exhibe la mirada del artista, su experiencia como observador, la destreza del dibujo y la humilde calidez del color. Las obras de Luis poseen una delicada emulsión con formas y cuidadas siluetas; observo espigas en movimiento, montañas y caudales, un par de flores rojas a ras de tierra y pétalos volando; ciénegas y bosques, nebulosas grisáceas, temporales; flores blancas con corolas quebradas, perfectamente equilibradas. En la piezas de Luis hay una poderosa sencillez, son un avistamiento silvestre sin semántica; la belleza no razona, se percibe y goza.
Luis ha radicado en Francia y México, su actividad incluye múltiples exposiciones y algunas residencias. El dibujo fue ante todo la matriz mediante la cual se convirtió en hijo de la pintura, del color y del trazo. Y en su permanente búsqueda juega con el cuerpo humano. En sus manos la mujer adquiere un tamiz peculiar; los escorzos y siluetas no son académicas, son dibujos a tinta que dotan al cuerpo femenino de una poderosa sensación anímica; la desnudez no siempre expresa sensualidad, pero en las monotipias de Luis se percibe una extraña exquisitez, son siluetas que estimulan interpretaciones muy personales. Luis Gal no decreta en sus obras, ellas nos sugieren y provocan, es esa sutileza que se percibe cuando lo obvio queda atrás y lo evidente es una mascarada.
Las obra de Luis Gal esperan al espectador acucioso, al otro, a ese que sabe que una obra de arte es una ventana con múltiples horizontes, abanico de sensaciones y gruta de riquezas.
Francisco Moreno
Esta exposición estará exhibida en la Casa Rafael Galván y la entrada será gratuita de lunes a viernes de 10:00 a 18:00 h.