Osukā Takai (Okinawa, Japón, 1990), fotógrafo y artista plástico, egresado del Instituto de Arte de Okinawa, se niega a hablar de su trabajo, encasillarlo en discursos o imponer una interpretación. Más bien construye su obra en un territorio donde la imagen y el artista mismo no se explican, sino que se presentan como un enigma a ser descifrado. En este silencio, es “la sensibilidad sagrada y soberana del espectador” la que articula conexiones, encuentra patrones y otorga significados a la imagen.
Si bien su obra fusiona ideales japoneses milenarios, se trata de una visión contemporánea. La contemplación, la celebración del paisaje y las formas naturales, propias del sintoísmo, convergen con el budismo Zen y su concepción de la realidad como un todo en continua evolución. Todo emana de la nada y se disuelve en su retorno, pero esta nada no es vacío, sino la dimensión perpetua de la potencialidad.
Utilizando una cámara digital de segunda generación, Osukā confronta el límite de la tecnología con la manifestación espontánea de la naturaleza y la noción del wabi-sabi, que emana de lo imperfecto, asimétrico e irregular. La esencia de la naturaleza no reside en la perfección, sino en la manifestación del yūgen que está más allá de la palabra. En este sentido, su obra puede entenderse como un montaje relacional, donde cada fotografía es una pieza en un entramado de significados.
La presente exhibición la conforman quince imágenes de la serie Mares (2014), seguida de cinco imágenes de la colección Natura (2019), más cuatro fotografías de lenta exposición que marcan el tránsito de Osukā hacia un impresionismo en el que la tecnología parece revelar más por sus limitantes que por el afán de competir con el ojo humano.
En un mundo saturado de estímulos visuales, la negativa de Osukā a difundir su obra en medios digitales es también una apuesta por preservar su capacidad de generar relaciones significativas a partir de una experiencia física y sensorial, improbable en la visibilidad mediática. Su fotografía invita a detenerse, contemplar y construir sentido desde la experiencia directa.
Óscar Xavier Altamirano
