Desde la mirada de quien no crea desde cero, sino que recompone –un consumidor que recoge fragmentos, se apropia de los medios y ensambla sentidos–, surge esta exploración entre las fronteras temáticas del arte digital y la música.
A través del mosaico y el apropiacionismo audiovisual, Trípticos articula un lenguaje estético para repensar elementos de lo cotidiano: ese espacio fragmentado donde nace la posibilidad de reimaginar y recombinar el presente con sus debidas tensiones y contradicciones.
¿Y qué es un tríptico sino un juego de fragmentos? Tres planos –tres piezas– que se tensan y superponen, detonando conversaciones sobre el pulso invisible del consumo; la trama conflictiva de las relaciones humanas o las visualidades que delinean nuestras miradas, inevitablemente, mediando nuestras identidades.
Entre tal entrelazamiento, la fragmentación no es solo ruptura, sino materia para reinventar, resistir y producir sentidos; es desde tal recomposición, que se revelan las complejidades del presente.
A partir de la (re)unión de fragmentos sonoros y visuales, se despliegan tres obras cuyo diálogo, poco silencioso, nos invita a atravesar capas y miradas diversas, abriendo caminos para la reflexión de una realidad dada.
Hegel Pedroza